Caminando por el Paseo de Gracia, a la altura del número 43 nos encontramos con la Casa Batlló. Este edificio, al igual que la Sagrada familia, es una obra del reconocido arquitecto Antoni Gaudí, autor representativo de numerosas construcciones del modernismo catalán en la ciudad de Barcelona.
Es importante destacar que a Gaudí lo contrataron para llevar a cabo la remodelación de un edificio ya existente, construido en 1877 por uno de sus profesores de arquitectura, el maestro Emilio Sala Cortés y en su momento formaba parte de un plan urbanístico donde se establecieron las familias más prestigiosas de Barcelona, dando vida a un Paseo de Gracia repleto de carruajes con caballos y personas de la alta élite, para luego convertirse en el siglo XX en una avenida principal para autos.
Fue un encargo de D. Josep Batlló, un hábil empresario de la rama textil, aunque principalmente el plan era derribar toda la infraestructura. El atrevimiento de Gaudí lo llevo a prescindir de esto, logrando audazmente una remodelación integral del edificio entre los años 1904 y 1906, permitiéndole plasmar su plenitud artística evocada a lo naturalista, sumándole una gran imaginación y libertad para crear los más bellos arreglos ornamentales. Cambió rotundamente su fachada, amplió el patio de luces, realizó restructuraciones en la tabiquería e hizo de cada rincón una obra de arte a los ojos de quien la visite.
Actualmente esta joya de la arquitectura tiene sus puertas abiertas al público desde el año 1995 y además de ser un ícono de Barcelona fue reconocida por la UNESCO como Patrimonio Mundial, recibiendo más de un millón de visitas al año.